martes, 8 de octubre de 2013

ESTE ESPACIO ES MUY IMPORTANTE Y LO DEJAMOS ESPECIALMENTE PARA TI.
HOY NECESITAMOS TU OPINIÓN ACERCA DE LA EVALUACIÓN SUMATIVA Y FORMATIVA.


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2 comentarios:

  1. LA EVALUACIÓN A TRAVÉS DE LOS AÑOS
    Por: Blanca Estela López Montoya

    “Para evaluar hay que comprender. Cabe afirmar que las evaluaciones convencionales del tipo objetivo no van destinadas a comprender el proceso educativo. Lo tratan en términos de éxito y de fracaso". En su opinión, "el profesor debería ser un crítico, y no un simple calificador". Stenhouse (1984).

    Efectivamente ver la evaluación de esta perspectiva hace un docente y un estudiante capaz de apreciar su propia capacidad, actuar por propia decisión, ya que en la medida de que aprende, simultáneamene evalúa: discrimina, valora, critica, opina, razona y fundamenta.

    Se dice que la evaluación no nació en el territorio de la educación, sin embargo impactó tan fuertemente en el mismo que llegó a definir las condiciones de viabilidad del proceso educativo. A partir del siglo XX la evaluación comienza a tomar entidad propia en educación, diferenciándose progresivamente de otros campos disciplinares, gestando un movimiento que posteriormente será conocido con la denominación de “docimología” (Barbier, 1993) o ciencias de la evaluación.

    La historia de la evaluación educativa marca un recorrido poblado de concepciones encontradas, avances zigzagueantes, contradicciones y luchas. La conformación de este campo, aún demasiado joven, está en proceso. En esta constitución, la controversia se instala como clave de lectura de lo que sucede en el mismo.

    La SEP comenzó a desarrollar pruebas de aprendizaje primero con pruebas de ingreso de alumnos a secundaria, que dieron lugar al instrumento de Diagnóstico para alumnos de nuevo ingreso a Secundaria (IDANIS), posteriormente inicia la aplicación de pruebas para alumnos de primaria. De 1992-1995 se usaron pruebas de aprendizaje para abatir el rezago educativo (PARE).

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  2. A partir de 1994 se incluyeron los factores de rendimiento escolar y profesional en el esquema, del programa de estímulos de Carrera Magisterial lo que trajo consigo la necesidad de aplicar cada año pruebas de conocimientos a maestros y alumnos de educación Básica, mientras que en la educación superior, en 1994 se creó el Centro Nacional para la Evaluación en México (CENEVAL) y a fines del 2000 el consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES).

    A mediados de los años 90`comenzaron a desarrollarse proyectos orientados a la evaluación de la escuela como unidad organizacional, para este propósito se han empleado, lógicamente acercamiento de corte más cualitativo, aprovechando modelos españoles anglosajones.

    En la última década del siglo XX las acciones relacionadas con las acciones relacionadas con la evaluación se extendieron. De 1992 a 1995 se usaron pruebas de aprendizaje.

    En el siglo XXI dentro del Plan de Estudios del 2011 se señala la evaluación como un principio pedagógico “Evaluar para aprender” el cual señala que “el docente es el encargado de la evaluación de los aprendizajes de los alumnos y quien realiza el seguimiento, crea oportunidades de aprendizaje y hace modificaciones de su práctica para que éstos logren los aprendizajes establecidos en el Plan y programa de estudio. La evaluación de los aprendizajes es el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es parte constitutiva de la enseñanza y el aprendizaje”.

    Hoy en día la evaluación es en sí misma es un hecho polémico y provocador, cualquiera que sea el ámbito en que se emplace. La evaluación educativa, invita a trabajar diferentes ámbitos: el sistema, la institución y el aula, entendiéndolos como espacios dinámicos de interacciones y mutuas determinaciones.

    En los últimos años venimos asistiendo a un proceso generalizado de evaluación, que trasciende el ámbito de los aprendizajes, en muchos países y a distintos niveles. Se produce un cambio fundamental, de tal forma que, aunque los aprendizajes siguen ocupando un papel prioritario con nuevas alternativas y avances producidos por las aportaciones metodológicas vinculadas a la medida, se amplía el campo de evaluación abarcando sistemas, resultados, procesos, práctica docente, profesorado, centros educativos, etc.
    La evaluación deberá comprometerse directamente con principios, valores y no en algo que meramente se hace por requisito. Los procesos que analiza, cuando se trata de programas educativos, son enormemente complejos y la reducción a números suele simplificar y desvirtuar la parte más sustantiva de los mismos.
    Esta deberá no tener por finalidad producir conocimiento académico, realizar informes para publicaciones especializadas y ni siquiera elaborar un conocimiento teórico sobre las experiencias, sino la mejora de programas a través de su comprensión, a través del conocimiento de su naturaleza, funcionamiento y resultados.

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